Las pequeñas lucecitas que bordan los frescos son la prueba más ineludible de que allí, en aquel instante, yo no era la única que intentaba captar una imagen robada y prohibida de la impresionante y bellísima Capilla Sixtina, la verdadera joya del Vaticano.
9 comentarios:
preciosa foto de una obra capital de la historia del arte. Cada vez que la miro, me imagino la inmensa tortícolis que aquejaría al pobre de Miguel Ángel. Insisto, preciosa foto e intrépida realización, me imagino.
Enhorabuena
Precioso e impresionante.
Pues tú lo has definido ya, sólo me queda suscribirlo: impresionante y bellísimo.
Qué belleza y qué detalle el de las 'lucecitas'...
Geniales las lucecitas de modernidad pintando el clásico.
Pues sí en la vida me había sentido tan "criminal" como cuando viajé a Italia, todo estaba prohibido, y cuanto más me impedían hacer algo más ganas tenía yo de llevar la contraria, jeje!!! Eso sí en la Capilla Sixtina no me hubiera parado nadie, qué bellezón!!!
Ya lo han dicho, precioso
Magnífica! Lo malo es que me doy cuenta de que debo de ser lá única cateta que no se atrevió a inmortalizar el momento...
Me encanta que hayas puesto esta foto porque yo no aguanté la cola (2 días seguidos) para entrar, lo de los puntos de luz es la prueba que lo prohíbido es lo que más nos gusta hacer.
Al menos veo las fotos de los que sí entraron
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