Posado pactado

Cada primavera aparece en mi terraza una lagartija. Cada año la misma, o eso creo. Aunque aún es pronto para su saludo, ahí estaba ella (o él). Aletargada, tranquila y sin mucha prisa. Sabía que no le haría ningún daño después de años de convivencia y yo sabía que debía respetarla si quería su colaboración para su aparición en Diversidad Diacrítica. Sin lo huidizo de su carácter, ha permitido todo tipo de tomas, cuerpo entero, cabeza, ojos, patas, perfil… una sesión de fotos en toda regla.

Cuando ya tenía suficientes instantáneas para elegir, y justo cuando miraba en el visor de la cámara como había quedado la última, ha desaparecido. Probablemente se ha encaminado a su última siesta antes de que el calor del sol le permita recuperar toda su actividad.

No era momento de molestarla de nuevo. La exclusiva había terminado.