LEER: MIGUEL HERNÁNDEZ
>> miércoles, 9 de mayo de 2007
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
Elegía a Ramón Sijé
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
Elegía a Ramón Sijé
8 comentarios:
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
¡Joder! Que expresión más certera de la desazón... los pelos de punta.
Ayer hablaba de hernández y de Lorca con un amigo de vuelta a casa en el tren de Madrid a Alcalá de Henares, aún queda mucho por investigar de ellos y por ponerles en la Historia debidamente, y no sólo en el mito.
Aúnj me tengo que comprar algo de Hernández, por cierto.
Inolvidables palabras de recuerdo al amigo muerto, raull, ¿y estas, qué te parecen?:
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
(pshhhuuuusssssss...pelos de punta en cada estrofa)
Te sabrá bien lo que leas de M. Hernández, Canichu. Obras completas: Espasa --cartas a Josefina deliciosas como anécdota y como reconstrucción de su vida-- La mejor manera de ponerlo en su sitio es leyéndolo, sí.
Besos los dos.
Voy a explicarme mejor, he leído a Miguel Hernández, pero no he comprado nada de Miguel Hernández aún.
A mi el que más me gusta es este:
YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO
Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda..
¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.
No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.
Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.
Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.
Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.
Un maestro, sin duda, cuya lectura es siempre obligada en algún momento...
Mil besos.
Qué densidad de palabras, Harry, y qué emoción las que eliges. Muy bonito, es un poema de esos como "apretao"jj.
Miguel H. no tuvo tiempo de "ser mayor" y revisar toda su obra, creo que eso le da un aire de brillante en bruto, de densidad. Dice sobre la poesía en general mientras se metía de cabeza en la guerra- así de auténtico era-:
"Hoy quiero abandonarte tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra"
Leerlo es dialogar con palabra que suena a viva. Te agradezco la aportación, y a ti, Reina (esas fotos que haces...hummmmmmmmm...)
Regresarte.... cuántas connotaciones!
Besos, Pilar.
Publicar un comentario