naturaleza caprichosa
>> domingo, 28 de junio de 2009
Tras una detallada historia clínica y sin necesidad de hacer más pruebas complementarias llegué a la sabia conclusión de que mi rosal tenía un problema de pulgones. Para aquellos que la primera visión no les cause escalofríos/asco/"repelús", ampliando la imagen se puede hasta apreciar una gota de melaza de los dichosos bichitos.
Y este es el capullo abierto. Pero lo curioso del caso es que no hice ningún tratamiento (más que nada porque mi experiencia en jardinería es practicamente nula y el caso que les puedo hacer a las plantas más bien escaso). ¿Me ayudó un insecto "pulgoasesino"? ¿La vida se abre camino? ¿Tengo potra? ¿Tendré potro y una finca en el futuro? ¿Quise cortar la flor más tierna del rosal pensando que el pulgón no me podía pinchar? ¿Si me pica un pulgón... me rasco? La vida tiene preguntas... preguntas te da la vida...
Y este es el capullo abierto. Pero lo curioso del caso es que no hice ningún tratamiento (más que nada porque mi experiencia en jardinería es practicamente nula y el caso que les puedo hacer a las plantas más bien escaso). ¿Me ayudó un insecto "pulgoasesino"? ¿La vida se abre camino? ¿Tengo potra? ¿Tendré potro y una finca en el futuro? ¿Quise cortar la flor más tierna del rosal pensando que el pulgón no me podía pinchar? ¿Si me pica un pulgón... me rasco? La vida tiene preguntas... preguntas te da la vida...
3 comentarios:
Pues bien hermosa que te creció la rosa. Para pulgones existen insecticidas, pero no debes aplicarlos directamente a la planta, si no más bien como si les cayera un rocío... en todo caso siempre es mejor recurrir a otros métodos que no sean insecticidas, dentro de lo posible... parece que el de la potra te ha ido bien. ;D Un saludo.
Simpático tu post. La rosa, hermosa. Las preguntas te las responderá la vida.
Me olvidé del ;)
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